viernes, 3 de septiembre de 2010

Cama mojada

En los últimos tiempos, no sé si debido a la falta de sueño, tengo una serie de sueños recurrentes. De hecho, parece que no sueño con nada más que con esas tres cosas o al menos no las recuerdo. Lo cierto es que no son sueños nuevos ya que ocasionalmente aparecían mientras dormía, como cualquier otro sueño. Pero ahora se repiten, alternándose entre ellos, como monologuistas que aguardan su turno entre bastidores durante una función de sábado noche, y parece que no pueda soñar con otra cosa que no sea eso. Y con estos tres tipos de sueños he descubierto, o perfeccionado, dos nuevas habilidades: Una, tomar consciencia de que es un sueño mientras lo estoy teniendo y despertarme interrumpiéndolo a mi antojo si no me gusta lo que sueño, y dos, volver a retomar el hilo de un sueño tras despertarme momentáneamente (“uy uy, ¿qué me ha despertado? Ah, nada, el ruido de un coche. Vuelvo a dormir”).

El primer tipo de sueños últimamente recurrentes es que puedo respirar bajo el agua. Ya lo había soñado en alguna ocasión anteriormente, pero ahora se repite mucho. Siempre en entornos distintos pero el fondo siempre es el mismo. Que puedo respirar, reír, hablar, incluso caminar bajo el agua. Es extraño ¿verdad? Al principio es una sensación de pánico, pero luego, cuando descubro que puedo respirar agua, que no muero ahogado como todo el mundo sabe que ocurriría en la vida real, resulta fascinante. Como en la película “Highlander” o “Abyss”. Me gusta mucho despertarme y recordar esos sueños durante el resto del día. Tengo la sensación de haber tenido una experiencia extraordinaria, como haber hecho parapente en el Gran cañón del Colorado o un viaje espacial en órbita alrededor de la Tierra.
Lo bueno es que, como son sueños recurrentes, vuelvo a tener esa sensación al cabo de unos días cuando menos me lo espero.

El segundo tipo de sueños creo que es más extraño que el primero. Son sueños sexuales. O eróticos, como queráis llamarlos. Y digo extraño por lo recurrente, lo reiterado de esos sueños. Siempre con personas que conozco y sin gran alarde de variación en las posturas, los argumentos, ni peligrosidad física. Sólo sexo.
Varían, eso sí, los entornos, y las personas. Incluso los géneros de esas personas. Pero siempre son personas conocidas. Con algunas de ellas no puedo comentar nada por razones obvias, aunque personalmente me encantaría hacerlo. Pero con otras sí que lo he compartido y me parece muy sano haberlo hecho. Hablar con alguien sobre un sueño erótico que has tenido con ella o él como compañera/o es algo que refuerza más una amistad, por la complicidad que supone hacerlo. Lo que molesta un poco son las poluciones. Cuando tienes sueños eróticos de vez en cuando pues mira, hace gracia haber mojado las sábanas, porque estos sueños son agradables de tener de vez en cuando y la polución es una rúbrica graciosa al final de fiesta cuando te despiertas. Como las serpentinas y las latas de cerveza en la plaza del pueblo, tras un concierto donde te los has pasado genial, cuando todo el mundo se ha ido. Pero cuando esos sueños son reiterativos sí, son bienvenidos, pero encontrarte cubierto de corrida cada dos por tres es engorroso. Estos sueños, por supuesto y a pesar de las poluciones, nunca los interrumpo.

El tercer tipo de sueños suele atacar en las primeras horas de sueño. Son más bien pesadillas, pues me despierto temblando, cubierto de sudor y normalmente gimiendo o gritando, porque estos sí que los interrumpo, y la única forma de interrumpirlos que conozco es intentar hacer movimientos bruscos y/o gritar. Forzar un movimiento o un grito real mientras estás dormido sabiendo que es un sueño es extremadamente difícil. Intentas gritar pero sientes que de tu garganta no sale sonido alguno. Intentas abrir los ojos pero sólo lo haces a medias y consigues una imagen distorsionada, una mezcla entre lo que sueñas y el lugar donde te encuentras dormido. Y eso provoca más pánico todavía, porque aunque sabes que es un sueño, sientes verdadero terror ante lo que sucede en él (“sí, sí, sé que sólo es una peli, pero me estoy cagando de miedo”).

Estas pesadillas suelen tratar sobre fenómenos paranormales que suceden en mi casa. No suceden en realidad, sólo en mis pesadillas. Ojos en la oscuridad al fondo del pasillo, luces que están encendidas momentos después de haberlas apagado yo, objetos que se mueven, presencias en la oscuridad de mi habitación voces o pasos que se dirigen a mi cama, o incluso alguien que se mete en mi cama y me acaricia la espalda… podríais pensar que esto último tiene relación con los sueños eróticos, pero ya os digo yo que no.
Cuando me despierto de uno de estos sueños (voluntariamente), intento permanecer despierto durante un rato y así desvelarme, porque si no lo hago corro el riesgo de que continúe el sueño cuando me duerma de nuevo.
Estos son los tres tipos de sueños que tengo desde hace un par de meses. No recuerdo soñar nada distinto. Es extraño.
O no sueño, o sueño alguna de estas tres cosas."

He entregado ya las ilustraciones del primer libro del proyecto que me tenía ocupado en los últimos meses. Hasta que me llegue el manuscrito del segundo libro tendré un poco de tiempo para dibujar alguna cosa nueva y colgarla en el blog para que la veáis, y dormir un poco más y, con un poco de suerte, variar un poco mi repertorio de sueños. Bueno, los sexuales pueden quedarse. Incluso con poluciones.

Vík.

2 comentarios:

  1. felices sueños Vik :)
    Espero que tengas ya por fin tiempo de ver alguna de esas pelis que tenías pendiente.

    Vane

    ResponderEliminar
  2. Sólo te puedo ayudar con el primer sueño: creo sinceramente que corres el riesgo de convertirte en bob esponja.

    Tranquilo, no creo que sea grave. En todo caso puede ser muy divertido.

    Saludicos!

    ResponderEliminar