domingo, 30 de enero de 2011

Alaaa... te pareces a...2

Otro parecido razonable, conceptual, que en realidad no he descubierto yo sino los amigos de ENTRECOMICS.

 
Hugh Laurie
Testuo Shima

Por cierto, ya que parece que últimamente Don Tetsuo está muy presente en mis maquinaciones, voy a aprovechar para acercaros un rumor que dice que Joseph Gordon-Levitt va a interpretar al personaje en la próxima película de "AKIRA".

Joseph Gordon-Levitt

Un Gordon-Levitt que se parece un montón al desaparecido Heath Ledger...

Heath Ledger

 ...y a Juan José Ballesta en el cartel de "Entre lobos".

Juan José Ballesta
¡Ea! para las que decís que no pongo fotos de chicos guapos, un triple parecido razonable para silenciar las malas lenguas.

jueves, 27 de enero de 2011

El susto de volar

Hablemos de sensaciones.
Las sensaciones que se tienen cuando haces algo sensacional por primera vez. La primera vez que vas en bici sin las ruedas auxiliares, la primera vez que consigues tirarte de cabeza a la piscina, o besar a una chica, o a un chico, o un sobresaliente en matemáticas, o lanzarte de lo alto de un puente sujeto por una cuerda…
Pues únelas todas y multiplica el resultado por mil.
Eso es lo que sientes cuando descubres que puedes volar.
Imagínatelo.
Un día, fantaseando con los poderes de Tetsuo, te imaginas separándote del suelo lentamente y cuando asimilas lo que ven tus ojos ya estás a medio metro del suelo. Flotando.
Te quedas sin respiración. Alucinas.
Te falta el aire y un sudor frío empieza a cubrir tu cuerpo.
Lo primero que haces muerto de miedo es mearte encima y lo segundo es mover los brazos y las piernas en el aire como lo harías estando bajo el agua, pero lo único que consigues es sentirte ridículo (y mojado) porque tu situación espacial respecto al suelo no varía.
Bueno, no varía gracias a los movimientos de tus extremidades, pero sí que lo hace cuando empiezas a imaginar que te desplazas. Y te entran las prisas.
Y es entonces cuando atraviesas como un tiro tu minúscula habitación dándote en los pies con la silla y en la cabeza con la lámpara antes de estrellarte con el póster sexy de la pared, porque sí, tu has deseado desplazarte, pero claro, no se te ha ocurrido desear detenerte… a tiempo.
Entonces lo pillas.
Deseas posar los pies en el suelo.
Y se posan en el suelo.
Estás posado en el suelo.
Te acuerdas de respirar.
Es justo en ese momento cuando todas esas sensaciones de las que hablaba antes, unidas y multiplicadas por mil, afloran y se desparraman en una cascada de gritos y risas, e incluso alguna lagrimilla de emoción y mocos a modo de gotera nasal en la soledad de tu habitación. Quieres salir a contárselo rápidamente a alguien, a tus padres, a tu hermana, a quien sea… pero piensas que podría no volver a suceder, y entonces tus padres tomarían una decisión definitiva respecto a aquel folleto de una institución mental para jóvenes que misteriosamente apareció en un cajón de la cocina tras explicarles tu historia sobre las voces que solo tú oyes, como a lo lejos, y decides que tal vez sea mejor intentar de nuevo eso de flotar en el aire antes de contárselo a nadie, y ver si vuelve a salirte.
Y te sale.
Vale, aterrizas, y vuelves a acordarte de respirar.
Y ahora, ¿qué?
Sin saber muy bien por qué, sigues resistiéndote a contrasello a alguien. Aún no eres consciente de lo que está sucediendo y te ves inmerso en una gran aventura en la inconsciencia, sin consecuencias, como si se tratase de una fantasía infantil, así que miras hacia la ventana de tu cuarto que da a un patio de luces.
Sabes que arriba no hay tragaluz ni uralita porque el patio de tu casa, que es particular, cuando llueve se moja como los demás, y la salida en el sobreático es a cielo abierto.
Nada te impediría salir volando hacia arriba.
La luz de la cocina vecina que hay frente a tu habitación está apagada, lo que significa que no hay nadie en casa de los vecinos y cada vez estás más cerca de atreverte a salir volando. Pero coño, vives en un octavo piso, ¿y si cuando estés en el aire, a ocho pisos de altura, falla lo que sea que hace que puedas volar? Esa posibilidad hace que decidas vestirte y bajar a la calle para buscar un lugar tranquilo y en tierra firme donde intentarlo.
En el centro de tu ciudad...
Lugar tranquilo...
No se te ocurre ninguno.
Entonces recuerdas que Superman era capaz de salir volando como el rayo hacia arriba y la gente no se daba ni cuenta, así que te acuclillas entre dos coches grandes aparcados como cuando buscas un lugar discreto donde mear y no quieres entrar en un bar.
Coche a tu izquierda, coche a tu derecha, pared a tu espalda y nadie delante.
Bien.
Imaginas que sales disparado hacia arriba como un rayo tal y como lo hacía Superman y súbitamente un trueno explota en tus oídos mientras tus ojos se cierran llenos de lágrimas y tu nariz se hincha de aire que trata de entrar a presión. Te pitan los oídos. El susto te hace pensar que algo no ha ido bien y decides detenerte en lo que sea que estás haciendo para averiguar, precisamente, qué es lo que estás haciendo. Abres los ojos tras haberte imaginado detenido.
Te vuelves a mear encima al ver lo que ves. Cielo de color violeta a derecha e izquierda, naranja al frente y casi negro detrás y sobre ti.
Y algo que parece tierra firme allí abajo, en la penumbra del crepúsculo, como a tres mil metros bajo tus pies.
Crees que la emoción que sientes al ver lo que estas viendo, lo que estás viviendo, es tan incontenible que va a hacer que te explote el pecho.

Superman, Secret identity

Si estuvieses en el suelo irías corriendo y dando saltos de felicidad con los brazos abiertos y gritando y riendo de alegría como si tu amor secreto y platónico te hubiese dicho de pronto que te ama y no se imagina la vida sin ti, o alguna chorrada así, pero no estás en el suelo y… recuerdas que tienes vértigo.
El terror se apodera de todo tu ser y no sabes qué hacer. Sabes que no estás cayendo porque tu pelo no se mueve y tu ropa no se infla con el aire, o sea, que estas parado, pero no sabes qué paso dar a continuación. Tiemblas de frío y pavor, te encuentras tremendamente solo y sientes que vas a morir y nadie va a ser testigo de tu desaparición. No tienes ni idea de qué hacer.
¿Y si decides bajar y lo haces tan súbitamente como en la ascensión y acabas espachurrándote contra el suelo? ¿y si has salido por accidente de la atmósfera de la tierra y al bajar, haces la re-entrada y te desintegras como lo hacen los meteoritos? no, no estás fuera de la atmósfera porque puedes respirar perfectamente… ¿o no estás respirando? si, tu pecho se mueve. Y hay que ver cómo…
Sorbes los mocos... ¿Y si te atropella un Boeing 747?
Ya lo tienes.
Intentas calmarte e imaginar que eres un copo de nieve y actuar. Después de todo parece que las clases de expresión corporal sirven para algo más que para ligar con tu compi del instituto. Empiezas a descender, cada vez más deprisa, a voluntad, y te ríes. Te ríes porque lo que te está sucediendo es lo más grande que le ha sucedido a alguien en toda la historia de la humanidad. Y curiosamente, ya eres consciente de ello.
Esa misma noche, tras repasar lo sucedido y cómo aterrizaste fácilmente en una arboleda del parque sin que nadie te viese, tu cabeza es un torbellino cuando te tumbas en la cama.
Piensas en esto, en lo otro, en lo de las voces que oyes, en los cómics de Superman que has leído, en qué cosas debes intentar hacer mañana para ver si tal y cual…
Y también piensas: ¿Qué pasará mientras duermo si sueño que vuelo?
Pues que volarás.


Superman, Secret identity

miércoles, 26 de enero de 2011

Janelle Monae

Image Courtesy of Paul Sonola
Hasta hace una semana ni la conocía. Ahora, tras escuchar su música, va a ser mi primera visita al cartel del Festival del mil.leni. El día 23 de febrero os cuento. Aquí un botón.

domingo, 16 de enero de 2011

Extraordinary Hughes

Maravillosa ilustración de Adam Hughes inspirada en el cómic de Alan Moore "The League of Extraordinary Gentlemen".
Una delicia.

Mina and The Monster, by Adam hughes

viernes, 14 de enero de 2011

Smoke


No es que antes no se pudiese percibir, qué va, pero es que ahora con la entrada en vigor de la nueva ley anti-tabaco, he notado una diferencia cuando entro en un bar, cafetería, pub, restaurante, sala de conciertos o lo que quiera que sea donde antes se podía fumar masivamente, a parte, claro está, de la evidente diferencia de la ausencia de humo en el aire, los movimientos nerviosos de una pierna impaciente bajo la mesa, y los continuos paseos a la puerta de los que desean con fervor deleitarse con un pitillo y los consiguientes corrillos-chimenea de fumadores en la puerta del lugar.
Y esa cosa que se nota al entrar en un local donde antes el humo en la atmósfera era lo habitual, casi obligatorio, es que ahora el local tiene su propio olor. Un olor de bar donde antes se ha fumado mucho, y ese es un olor desagradable que antes quedaba disfrazado por el humo. Un olor rancio. Si por casualidad habéis entrado en un pub a mediodía, con el aire del interior limpio después de estar un día cerrado por descanso del personal, sabréis a qué olor me refiero. O también se nota más el olor del otro lado de una barra, digamos que, un poco dejada de la mano de Dios ante la imposibilidad de limpiar en profundidad la superficie porosa del suelo de madera pisoteado con cientos de licores y chapas de Estrella. A parte, con la ausencia de humo en el ambiente, también se perciben mejor los olores humanos de algunos tugurios. Y no todos nuestros congéneres son eficaces en el uso correcto de perfumes y desodorantes. Creo que prefería el olor a local donde se fumaba. Yo opino que el humo de cigarrillos en el ambiente no es más perjudicial que el humo que respiramos habitualmente en una ciudad y, ya puestos, creo que le daba cierto empaque a ciertos garitos. Es difícil de asimilar entrar en un concierto de Eels o en una discoteca de house sin respirar esa atmósfera cargada de humo.

http://tiraese.blogspot.com/
No digo que esté bien, ni mal. Solo destaco la diferencia entre el antes y el ahora. Pero bueno, imagino que es una cuestión cultural, y que con el paso del tiempo nos iremos acostumbrando a ello. Yo aún recuerdo haber ido al médico de pequeño, y este nos recibía con un Celtas pestilente entre sus dedos amarillos, y dejando caer la ceniza en uno de esos ceniceros-tocho de cristal con conchas, caracolas marinas y mini-estrellas de mar en su interior. Y para quien no lo recuerde, hasta en los cines se podía fumar. ¿Increíble? …ya. Pues eso.
Ahora las aceras están cubiertas de colillas allá donde haya un bar, y hacer un "simpa" es mucho más fácil que nunca con la excusa de salir a fumar a mitad del almuerzo. That's life.

domingo, 9 de enero de 2011

Kohl

Este fin de semana he aprendido qué es el Kohl.

Imagen de www.heliogarcia.com






o...


domingo, 2 de enero de 2011

Megamind, are you LOST...?

Me encanta encontrar parecidos... pero debo disculparme porque no he encontrado fotos adecuadas de Jeremy Davies... el tío sale del palo "mirada intensa" en todas las fotos.

Megamind
Jeremy Davies
Megamind
Jeremy Davies
Megamind



En realidad, cuando más parecido se les ve es de perfil. Pero no encontré nada decente.