No voy a explicar su música (si tal cosa es posible), ni a analizar el concierto académicamente... para eso hay que escuchar, sentir... y dicho análisis musical se lo dejo a los que están capacitados para ello. Lo que sí puedo hacer es tratar de explicar lo que me hizo sentir porque para eso es mi blog:
Anoche en el Auditori, Esperanza Spalding nos dejó viajar con ella y sus emociones en su alfombra mágica. Una alfombra real el centro del escenario sobre la que, descalza, trepaba y descendía por el mástil de su contrabajo como un ratón, y juntaba los hombros cada vez que salían vertiginosas escalas agudas de su graganta. Los culebreos melódicos de su música, etiquetada de jazz y matizada con diferentes referencias y estilos étnicos, las letras de las canciones, y el orden en el que estas estaban dispuestas, me hicieron sentir eso, invitado a pasear por sus pensamientos tras un desamor, en la intimidad de su habitación, sentada en un sillón junto a una lámpara de luz tenue y una copa de vino... y seis compañeros de gusto exquisito que vestían la habitación con las voces de sus instrumentos.
También descubrí a Kalil Wilson & Ignasi Terraza Trío, a los cuales me he propuesto investigar más a fondo porque por momentos también me erizaron la piel al escucharlos como teloneros.
Vaya, un festín musical.
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